Me gusta mucho leer a Fabián Casas, disfruto sus libros, mucho. Así que la noticia de la publicación de uno nuevo fue una gran alegría. Feliz, corrí a mi librería amiga.
Breves apuntes de autoayuda reúne artículos publicados durante los últimos años en suplementos culturales (Radar, Ñ y Perfil) y algunos blogs. Música, poesía, literatura, la reflexión sobre el oficio de escritor y sobre todo del lector, son los temas que orbitan cada uno los relatos, que se construyen como una excusa para contar una historia y suelen ser una puesta de principios.
Textos transparentes, honestos y viscerales que reflejan su gran pasión por la lectura navegan en una trama profundamente cotidiana. Creo que eso es lo que me conmueve de estos ensayos y de la escritura de Casas, el desborde de pasión por los libros y por la lectura y como una charla o consejo de amigo, una discusión con la pareja, la película pochoclera del sábado por la tarde, la práctica semanal de boxeo, son los escenarios en donde habita y vive la literatura. Vivita y coleando, la literatura no está en un estante de la biblioteca.
Recorren el libro Maradona, Borges, Pamuk, Cormac McCarthy, Ricardo Fort, Silvia Plath, Bolaño, Led Zeppelin, Fogwill, Carver, Coetzee, Fernando Cabrera visto a la luz de Junichiro Tanizaki y su Elogio de la sombra. Es de esos libros para adoptar como faro de próximas lecturas. Pasa con todos los libros de Casas, inspiran, dan ganas de leer.
Casas arriesga, “Si el libro digital triunfa por sobre los libros materiales –algo improbable, es cierto- toda una forma de escribir va a sucumbir con ello. Todo un mundo. No sé si es necesario decirlo o no pero yo siento que el confort que prometen estas nuevas tecnologías te debilitan”. Se deja llevar por la pasión y frente al no sé si es necesario decirlo o no, siempre dice. Así nos enteramos que le debemos al desplante de Norah Lange por Oliverio Girondo que Borges sea Borges, que pueden convivir en dos páginas Cesar Aira, Sandor Marai, el Rabino Bergman, Ricardo Fort y Yukio Mishima, y conocemos los orígenes del boedismo zen (que ya asomó en los cuentos de Los Lemmings y otros)
Hace un par de años en un ciclo de charlas con escritores y editores, al momento de reflexionar sobre los blogs, mientras otro de los convocados esbozaba teorías de la posmodernidad, la comunicación y citaba una caterva de autores, a su turno Casas sentenció “Si hay 2 millones de pelotudos con blogs, vamos a tener 2 millones de blogs donde se escriban pelotudeces”, resumiendo en dos sintéticas y contundentes líneas lo que al otro le llevó varios autores y minutos.
Ideal para leer en un bar de viejo, desde la reposera en el patio del PH, o en plena caminata de esas para perderse en las calles de un barrio porteño de casas bajas. Para leer escuchando este tema