Llegué
al libro de Fuguet sin haber leído ni una crítica o reseña, y ninguno de mis
amigos lectores me había comentado palabra. Lo leí en el verano del 2010, a
pocos meses de publicarse, y no tenía ni idea con lo que me iba a encontrar. Con
la literatura de Fuguet, como con su cine, tengo una complicada relación de amor/odio,
pero lo siento sincero y genuino, cero impostado, alejado de las lógicas del
mercado editorial, algo que creo lo llevó a quedar por fuera de integrar
cualquier canon
literario latinoamericano.
Quedé
absolutamente fascinada con este libro. Por la historia, por el modo y el tono
de narrarla, es una de las mejores crónicas de familia de no ficción que se han
publicado por estas latitudes.
Resulta
que un día Alberto Fuguet decide buscar a Carlos Patricio Fuguet García, su tío
hippie que desde hace casi 15 años se esfumó de la faz de la tierra. Nadie en
su familia sabe dónde está. Fuguet busca el número de un detective privado y lo
contrata. Lo primero que averigua es que no está preso ni lo estuvo en los
últimos años. Tampoco fue reportado muerto, es probable que esté vivo. Así
comienza la historia.
La
pregunta que se hace Fuguet no es por qué su tío quiso perderse, sino por qué nadie
quiso buscarlo. Y eso lo pregunta a su padre, sus tíos, en lo que es un intento
por reconstruir la historia familiar. De alguna manera, él también estaba
alejado de su familia, y con este libro busca acercarse, llevar adelante un
exorcismo familiar, que finalmente lo ayudó a encontrarse con su familia y a
reconciliarse con su padre. Escrito en clave absolutamente autobiográfica,
desde el vamos Fuguet se sincera y lo deja en claro “Aquí no hay un afán
exhibicionista, sólo dudas, curiosidad historia. No quiero herir a nadie pero
sé que algunos se sentirán, con todo derecho, heridos. No es la idea pero sé
que va a ocurrir. Llevo años tratando de buscar la manera para que eso no
suceda, no la he encontrado. Si no duele,
no vale creo que escribí una vez. Mis putas frases para el bronce.”
Un
libro de no ficción narrado como una novela, donde las reflexiones sobre el
oficio literario, qué es la literatura, para qué sirve, cuál es la misión del
escritor, atraviesan cada una de sus páginas. En este libro Fuguet nunca se
olvida que es hijo y escritor, y esas identidades están puestas en conflicto
todo el tiempo, pero también aparecen reconciliadas es lo que me toca, es mi
trabajo, mi misión: soy el escritor de la familia”.
Para
leer en vísperas de navidad, cuando el dilema de quién lleva el vitel thoné deja
aflorar los más viejos rencores familiares, mientras escuchas este tema.
Y como comentamos en otra entrada, no dejen de visitar la página liderada por Alberto Fuguet que reúne largos y cortometrajes independientes latinoamericanos.
Y como comentamos en otra entrada, no dejen de visitar la página liderada por Alberto Fuguet que reúne largos y cortometrajes independientes latinoamericanos.